01 diciembre 2011

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     Anoche, por segunda vez consecutiva, soñé contigo. Y ya no me resisto a escribirte.
     Últimamente me encuentro muy a menudo rodeada de tres hombres, además tres candidatos aptos para la sexualidad. Un "pequeñajo" soltero, un "madurito" divorciado y tú. Tú que cumples todos mis prototipos, todos mis ideales, y justo, precisamente tú, tenías que estar prohibido.
     Me matas, me matas cuando me dices esas cosas que solo a alguien como tú se le ocurrirían (como que me parecía a Liza Minelli con aquel peinado), cuando, como anoche, te da por hacer la gracia dejándote el cinturón desabrochado al salir del baño y diciéndome a mi que te lo abrochase (cosa que por cierto, yo, por ser yo, hice y con tal gusto, incluso delante de los otros dos candidatos sexuales). Y me mata, además, que pienses en mí. Pienses en mi cada vez que salís, pienses en mí cuando no sabes si ir a clase y es a mi a quién llamas, pienses en mí para trabajar, pienses en mí... en definitiva.
     Y lo peor es que se que cada vez me matará más, porque cada vez nos conoceremos más, tendremos más confianza, más acercamientos, yo, cada vez, me enamoraré más de tí, mientra tú, cada vez me verás más como "Uno de los Nuestros", y entonces no se qué pasará, porque empiezo a tenerte mucho cariño.
     Y es que me gustas todo tú, me gustan tus pantalones rotos, me gustan tus botines cutres, me gusta tu pelo despeinado, tu barba, me gustan tus manos y esa forma de moverlas constantemente, tu nerviosismo me estresa, pero siempre me anima, refleja esas ganas locas de vivir. Me gusta tu risita de pillo y en el fondo tan sincera, me gusta tu guitarra, me encanta cómo la tocas, me gusta tu habitación, tus sombreros y tu gato, y ese corazón que a veces muestras. Tu recorrido, tus experiencias, tu forma de ser me cautiva.
     Y luego están mis sueños, mis sueños que me dicen que te deseo, que te imaginan junto a mí, que eliminan a los demás de la escena del cinturón, y solos tú y yo el proceso es inverso, el cinturón es desabrochado, la ropa casi desgarrada y la desnudez, la erección y la humedad lo dominan todo.
     Estas cosas de los sueños hacen cambiar el escenario y entonces las sensaciones que me provocas son tales, que incluso un "juquete" me haces inventar.
     Tirones de pelo, instintos salvajes, mordiscos, posturas inverosímiles nacidas de este nuevo "juguete" y orgasmos que en el sueño nos hacían enloquecer, han sido motivo de hecho, de varios orgamos (y bien reales) a lo largo del día de hoy.



1 comentario:

  1. Cuidado, que muchos sueños (por suerte o por desgracia!) se hacen realidad...!!!

    Gracias por pasar por mi blog!! Un saludo!!

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