26 mayo 2012

"el invierno en Lisboa" *Muñoz Molina

     Llevaba ya tiempo queriendo convertir el Gadget de "retales" en una etiqueta, porque un margen se me queda corto para recoger lo interesante que saco de cada libro o película que me gusta. Es otro de los vicios que he ido adquiriendo con el tiempo, cuando algo me gusta lo disecciono y saco sus "retales" como yo les llamo, esos diálogos elocuentes, esas frases que lo resumen todo, o simplemente que me gusta cómo suenan o lo que evocan. Iré subiendo los nuevos que vaya recopilando y los antiguos que deben estar en los discos duros cuando los vaya encontrando. A mi desde luego me encanta sacarle la esencia a las historias.

     Para empezar, de los últimos libros que me he leído y me ha encantado:

"El invierno en Lisboa", de Antonio Muñoz Molina.


"ascensores casi nunca compartidos con nadie en los que sin embargo hallaba señales de huéspedes tan desconocidos y solos como él [...] ese olor del aire fatigado por la respiración de gente invisible"


"a los pocos pasos ya parecía estar muy lejos"


"con aire de calculado extravío, con su atenta sonrisa que lo ignoraba a uno al tiempo que lo envolvía sin motivo en una certidumbre cálida de predilecicón, como si uno no le importara nada o fuera exactamente la persona que ella deseaba ver en aquel justo instante"


"capaz de mantenerse invulnerable e idéntica a si misma en cualquier lugar que estuviera "


"los domingos me levantaba muy tarde y desayunaba cerveza, me avergonzaba un poco pedir café con leche a mediodía en un bar. En las mañanas de los domingos invernales hay en ciertos lugares de Madrid una apacible y fría luz que depura como en el vacío la transparencia del aire, una claridad que hace más agudas las aristas blancas de los edificios y en la que los pasos y las voces resuenan como en una ciudad desierta."


"subía el miedo hacia mí como un sonido de sirenas lejanas: era una sensación de intemperie, de soledad y viento frío de invierno, como si los muros del hotel y sus puertas cerradas ya no pudieran defenderme"


"se encogió de hombros como si tuviera frío -"da igual. Entonces yo sólo existía si alguien pensaba en mi". Se me ocurrió que si eso era cierto yo nunca había existido"


"amaba en cada minuto la plenitud del tiempo con la serena avaricia de quien por primera vez tiene ante sí más horas y monedas de las que nunca se atrevió a apetecer"


"habían nacido para fugitivos, amaron siempre las películas, la música, las ciudades extranjeras"


"estaciones casi desiertas donde hombres de piel oscura miraban el tren como si llevaran mucho tiempo esperándolo y luego no subían a él"


"máscaras oscuras, ojos rasgados, de pupilas frías, facciones pálidas e inmóviles en zaguanes de bombillas rojas, párpados azules, sonrisas como de labios cortados que sostenían cigarrillos"


"entendió que era mentira el olvido y que la única verdad [...] se había refugiado en los sueños, donde la voluntad y el rencor no podían alcanzarla"


"había recordado y perdido sueños en los que un tibio dolor iluminaba la felicidad intacta de los mejores días [...] y los desvanecidos colores que sólo entonces tuvo el mundo"


"tan propicia y futura, tan iluminada como esas ciudades a donde estamos a punto de llegar por primera vez"


"tal vez en aquella extraña luz que no parecía venida de ninguna parte obtuvieron al verse [...] el fulgor con que les era posible descubrirse en el tiempo tras la absolución de la memoria"




E inevitablemente tengo que añadir una canción. A falta de la existencia de "todas las cosas que tú eres", banda sonora del libro no inventada, me quedo con "fly me to the moon", también mencionada en algunas líneas. Esta versión de Julie London me encanta.


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